Scampia non è Gomorra

¿Por qué pasar el puente de diciembre en Scampia? ¿Por qué no irse a Roma a disfrutar de la belleza del arte de otras épocas? Porque ha sido en Scampia (Nápoles)  donde ha tenido lugar el Encuentro de Coordinadores de Piedras Vivas de este año.

Desde el viernes por la mañana hasta el domingo al medio día, he podido disfrutar de una experiencia única en Italia, en una ciudad completamente nueva para mí. Podría describir minuto a minuto todas y cada una de las actividades que hemos realizado estos días en Nápoles y, sin embargo, eso no sería suficiente para describir o explicar lo que allí he vivido estos días: formación, oración, visitas, arte… Pero sobre todo un sentimiento único de comunión.

En Scampia, en la parroquia que allí tienen los jesuítas, nos hemos encontrado coordinadores de Italia, España, Eslovenia, Alemania, Francia e incluso Líbano. Allí, los nuevos coordinadores hemos podido sentir verdaderamente qué es Piedras Vivas e incluso hemos podido comprender algunas claves de nuestro papel como líderes de nuestras comunidades. Pero no sólo eso, sino que también hemos podido intercambiar dificultades y dudas de las diferentes comunidades europeas de Piedras Vivas, sabiéndonos unidos todos en Cristo Jesús, motor de nuestra fe.

Si me preguntas, ¿qué es lo más te ha tocado el corazón? La respuesta es clara: Scampia, un lugar roto por la mafia y las drogas, en el que todavía se encuentran personas viviendo en la más absoluta miseria. Y, a pesar de ello, es posible encontrar vida y alegría en medio de toda esa miseria y pobreza. Era difícil, pero si mirabas con atención, podías encontrar allí verdadera belleza, más que en cualquier iglesia llena de esculturas y pinturas asombrosas. También Dios quiso venir al mundo en un pesebre, en medio de la pobreza.

Este encuentro en Nápoles me ha enseñado que, como Piedras Vivas, estamos llamados a encontrar la belleza escondida allí donde nadie más quiere posar la mirada; encontrar la belleza escondida en cada persona sin prejuicios. Ser Piedra Viva supone ser como el buen pastor que está dispuesto a darla vida, que está dispuesto a cuidar de todas y cada una de sus ovejas sin excepciones, reconociéndolas únicas y hermosas tal y como son. Ser Piedra Viva es acompañar y es ser luz en medio de un mundo lleno de pecado y oscuridad.

Carolina Buceta, coordinadora de Piedras Vivas Santiago.